En una velada perfecta para la práctica de hacer buena radio, con un estudio en perfectas condiciones, estamos aquí en el barrio de constitución para hacerles vivir el programa de la fecha.
Sentado junto a mí, le presento al comentarista del día de hoy:
Buenas noches, Dante Zavatarelli y axial durante años. Imposible de olvidar.
Radio Rivadavia, la radio del deporte, ya formaba parte de la familia. Uno inconscientemente, se hace amigo de las voces y esperaba el domingo con toda la adrenalina porque el futbol es eso, adrenalina.
Y en eso, uno elige al relator. A la distancia, digo que el futbol en el relato se sufre y se disfruta a la vez. Cada ataque del equipo contrario, una puñalada.
Cada ataque nuestro, peligro de gol.
Deporte no apto para cardiacos, diría alguien, todo es más sensato cuando interviene el comentarista.
Allí surgía la figura de Dante Zavatarelli.
Claro, el tema era ponerle moño al comentario.
Lo que sucede que el no es solo un opinador de la pelotita.
Es mucho más importante lo que no se conoce del hombre publico que es a la imagen que este hombre supo transmitir.
Ya lo develaremos. No pintara como el gran Dante, pero escucharlo nos dará el mismo placer de haber ganado una final y ratificar que todos sus goles lo llevaron a ser un gran goleador donde más se necesita: la vida misma.
Decir Dante Zavatarelli es decir periodismo con mayúsculas.
A compartir señores, que los augurios serán pura realidad.
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