13 de octubre de 2010

"De lejos, se ve más claro" - Rubén Damore

Pasarán los años y siempre recordarás el aroma de la cocina, también el peine antes de irte al cole, una revisadita rápida y con ceño fruncido, y un beso que sellará la despedida.
En un puño cerrado llevaste, llevas y llevarás, bien apretadito, su recuerdo.
Es por quien pedís cuando la noche te despierta sobresaltado, o cuando el dolor del alma trae dolores infinitos.
Sé muy bien que pagarías cualquier precio por volver a aquella época de mimos y cuentos, refugiarte en su cama, buscar el calor para arrimarte más a ella, buscar el ala protectora que te contenga.
Siempre nos late fuerte el pecho cada vez que la nombramos y la vida, esa suma de días y noches rutinarias, te castiga, te somete a su rito y a sus peores catástrofes, siempre encontrás presente su sonrisa para aliviarte.
Te invito a hacerle cosquillas a esos recuerdos infinitos, que no reconocen edades ni tiempos, que siempre vivirán contigo.
Cerrá tus ojos y dejate deslizar por el tobogán de la vida, donde esa mujer te estará esperando…

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